Día del libro, concurso del día del libro

El día 29 de abril a quinta hora la hora escribidora, un concurso que demostraba las capacidades creadoras de historias de terror de todo el instituto ies sierra de guadarrama, varias historias se crearon, de las cuales solo una gano, llevándose con sigo una hora mas de recreo y un festín a pizza un día a 6ª hora. Gracias a la participación de los compañeros, y a la colaboración de los profesores un grupo salio ganador en el gran ganador, el nuestro: Diversificación 3ºE. a continuación os dejamos las historias y al final la historia ganadora.

Aquí os dejo el texto ganador:

IT NEVER ENDS
(3ºDiver E)

El miedo se extendió por la habitación. Un profesor se disponía a leer las redacciones que previamente habían escrito sus alumnos aquella mañana tétrica y espeluznante de diciembre. Se sentó en aquel sillón color mortadela en el que tantos exámenes habían corregido.

Cogió una de las historias que reposaba en una mesilla cercana al sillón, no sabía realmente la importancia que tenía aquel folio con letra descuidada. Una sensación extraña le recorrió por las venas como si miles de cuchillos afilados le atravesaran.

Le dio varias vueltas a la redacción sin poder encontrar el nombre del alumno, lo pasó por alto, comenzó a leer. Un escalofrío le sacudió el cuerpo, al mismo tiempo en que la noche oscura y tenebrosa se alzaba.
El texto empezaba a ser intrigante e interesante, vidas reales tomaban vida entre líneas, aunque él lo ignoraba. La redacción llegó a su fin. La muerte del protagonista le impactó, pero lo dejó sobre la mesa y comenzó con otro trabajo.

Cansado y exhausto, se fue a dormir, decidió dejar el día atrás, por hoy.

Un grito aterrador le despertó. No eran ni las cuatro de la mañana. En el piso de arriba, en el ático, escuchó pasos, oyó gritar otra vez a alguien. Eran gritos que harían temblar al mismísimo Lucifer. Se levantó y se dispuso a comprobar qué sucedía; tembloroso, el terror se apoderaba de su piel.

Ya se encontraba al pie de la escalera que le conduciría al ático. Abrió la puerta cautelosamente, trozos de algodón rodaban escalera abajo; aquella escena le resultó familiar. A lo lejos, en la oscuridad, sombras se movían, la desesperación empezaba a ser mayor, todo comenzó en un trozo de papel y se trasladaba rápidamente a la realidad, sabía qué pasaría después.

Un rayo de luz de la luna se filtró por la ventana, dejando al descubierto un cuerpo sanguinolento, que cojeando se acercaba hacia él; llevaba un hacha en la mano derecha.
Sus ojos se tiñeron de rojo, su cabeza rodó hasta una esquina de la habitación, murió decapitado.

La historia se reescribía otra vez, como cada año.